Participante de la primera manifestación del orgullo celebrada en Barcelona en 1977, tenía 75 años
La histórica activista trans Silvia Reyes, nacida en Las Palmas de Gran Canaria pero residente en Barcelona durante más de medio siglo, falleció este miércoles en la capital catalana a los 75 años. Silvia Reyes fue una de las primeras voces en luchar por los derechos LGTBI+ en España y participó en la primera manifestación del orgullo en 1977.
El colectivo Pride! de Barcelona confirmó su muerte a través de un mensaje en su cuenta de la red social X, destacando su carácter «incansable» en la defensa del colectivo y los derechos humanos. Reyes fue una de las pioneras en la manifestación fundacional por los derechos LGTBI+ que recorrió La Rambla el 26 de junio de 1977.
Encarcelada en los años 70 debido a su transexualidad, considerada un delito bajo la ley franquista de peligrosidad y rehabilitación social, Silvia Reyes sufrió junto a otras 37 mujeres en la misma situación. Tras la muerte del dictador Francisco Franco, pudo finalmente vivir en libertad en España, después de haber pasado un tiempo en París y Suiza, donde se dedicó al espectáculo.
Reyes fue amiga íntima de Mónica Rescalvo, una mujer trans asesinada en el parque de la Ciutadella en 1991, y luchó por la reparación de las personas que, como ella, sufrieron represión por su identidad de género. Hasta el final de sus días, nunca dejó de asistir a las manifestaciones LGTBI+.
Hace seis años, Silvia Reyes participó en el documental Crits de llibertat y en el libro La doble transición del periodista extremeño Raúl Solís.
Numerosas asociaciones han expresado este miércoles su pésame y recuerdos hacia Silvia Reyes, como la entidad de familias trans Chrysallis, que destacó su valiente personalidad. «Defendió que siempre mereció la pena pagar un precio tan alto (cárcel, exilio, etc.) por luchar por su libertad. Su innegable contribución a la realidad LGTBI+ de nuestro tiempo y su incansable acción a lo largo de los años hace que hoy, el día de su muerte, cientos de personas (desde políticos a activistas y personas anónimas) lloren su pérdida en redes sociales», señalaron desde Chrysallis.