Un tribunal de Moscú ha multado por primera vez a Apple con más de 93.000 dólares por no eliminar contenidos considerados propaganda LGTBI, en el marco de las estrictas leyes rusas que prohíben la difusión de información contraria a los llamados “valores familiares”.
El Tribunal del distrito Taganski de Moscú ha impuesto tres sanciones administrativas contra la empresa Apple Distribution International, por un total de 7,5 millones de rublos (más de 93.000 dólares), debido a la presencia de contenido que las autoridades rusas clasifican como “propaganda LGTBI”. Esta es la primera vez que el gigante tecnológico estadounidense es multado en Rusia por este motivo específico.
La sentencia, dictada tras un juicio a puerta cerrada, marca un nuevo hito en la ofensiva legal emprendida por el Kremlin contra las expresiones públicas de identidades sexuales no tradicionales. Según informó la agencia estatal RIA Novosti, el tribunal declaró a la compañía culpable de tres infracciones administrativas por mantener dicho contenido accesible a través de sus servicios digitales.
Desde noviembre de 2022, tras la aprobación en la Duma de una ley que prohíbe toda propaganda LGTBI, las autoridades rusas han intensificado su vigilancia sobre medios, plataformas digitales y redes sociales. En junio de 2023, se dio otro paso significativo con la prohibición de las operaciones quirúrgicas de cambio de sexo, medida que provocó preocupación internacional y rechazo dentro de la comunidad transexual rusa.
Aunque Apple ya había sido sancionada anteriormente en Rusia por no eliminar información considerada “prohibida” —incluyendo multas de más de 36.000 y 42.000 dólares en 2023—, esta es la primera ocasión en que la empresa enfrenta cargos bajo la legislación que considera al movimiento LGTBI una “organización extremista”.
Las autoridades rusas justifican estas medidas en la necesidad de proteger a menores y preservar lo que denominan “valores familiares tradicionales”. Bajo esta legislación, se prohíbe también la difusión de contenido que incite al odio, promueva drogas, prostitución, juego, maltrato animal o cuestione el modelo familiar promovido por el Estado.
El caso de Apple podría sentar un precedente para futuras sanciones a empresas tecnológicas extranjeras que operan en Rusia, en un contexto de creciente control sobre el discurso público y digital dentro del país.
