La exposición del artista Ángel Pantoja titulada ‘Bustos. Identidad, deseos, cuerpos y subjetividades’ nos invita a imaginar un mundo donde el binarismo de género no hubiera existido, presentando esculturas que celebran la autenticidad y la versatilidad del ser humano. La muestra, ubicada en Sevilla durante las festividades del Orgullo, utiliza la «cirugía de mármol» para deconstruir los cánones clásicos y propone una reflexión sobre la historia del arte desde una perspectiva contemporánea.
¿Cuál fue la inspiración inicial detrás de la exposición «BUSTOS»?
Imaginar un mundo donde el Binarismo de género no hubiera existido. Donde la dictadura de lo masculino y lo femenino no existiese. Imaginar una producción artística de personas que hubieran vivido exentas de las presiones de género. Cómo sería una historia del Arte contada por personas realmente libres, donde héroes y heroínas de su tiempo a los que su naturaleza no hubiera presionado ni ocultado, se dejasen retratar con toda su autenticidad.
Cada uno de estos bustos son pequeños gritos serenos de libertad y plenitud individual
¿Qué significa para ti el concepto de «cirugía de mármol» que vemos en tus obras?
El mármol es el material por el que los cánones clásicos han impuesto modelo de belleza y de conducta a la humanidad. El mármol es un material duro y esa dureza ha perpetuado hasta nuestros días sus imposiciones y su mensaje. Ejercer esa cirugía del mármol es deconstruir lo dictado dejando paso a la visibilidad y a la versatilidad del ser humano.
El cuerpo es un texto socialmente construido y gracias. A esta cirugía consigo volver el sólido mármol en líquido y esto tiene más que ver con la naturaleza humana que lo dogmático e inamovible.
¿Cómo defines la relación entre la escultura clásica y tus reinterpretaciones modernas?
Es muy inspirador usar el arte clásico para hablar de contemporaneidad, crear diálogos y debates sobre temas que desarrolla el hombre actual. Somos producto de nuestro pasado y considero necesario parar y mirar hacia atrás, cuestionar y plantarle cara a la historia poniendo en cuestión sus errores para así evolucionar hacia un mundo mejor, donde se favorezca la justicia y la felicidad de la máxima cantidad de personas posibles.
¿Qué esperas que los visitantes experimenten al ver tus bustos?
Creo en el poder terapéutico y reflexivo de la belleza. En la segunda mitad del siglo XX el arte ha usado la fealdad para expresarse en muchas ocasiones y llegados a este momento, no sé si ha servido de tanto. Quiero que, a través de la belleza, despertar empatías y que la gente se vaya a casa reflexionando sobre la versatilidad y variedad del ser humano. Quiero que piensen, también, en sí mismos, en si son realmente libres o son productos de un patriarcado castrante y feroz que los hace actuar, pensar y mostrarse de una forma impuesta y no real.
Siempre digo que esta exposición no es una expo exclusiva para el colectivo lgtbiq, por que los hombres y mujeres hetero cis también son víctimas de esta dictadura con la que hay que acabar, y si no a escala global por lo menos en nuestro entorno cercano.
Esos estereotipos de hombres fuertes, que no lloran o de mujeres débiles son algo cada vez más arcaico.
Me encanta ver personas que salen de esos moldes preestablecidos, que no son más que prisiones de la expresión personal.
¿Cómo influyó el contexto del Orgullo en Sevilla en el desarrollo de esta exposición?
Pues, esta exposición existe gracias a la consejería de Igualdad del Ayuntamiento de Sevilla que apostó por un Orgullo con propuesta cultural, cosa que creo importantísima como medio de lucha, también, ante los atropellos constantes que padecemos en el colectivo.
Últimamente la polarización de la política está generando auténticos energúmenos extremistas que atentan física y verbalmente contra nosotros.
Toda lucha es bienvenida para defender nuestros derechos y la Cultura es la mejor arma para acabar con los extremismos y los populismos
¿Puedes hablarnos del proceso creativo detrás de una de tus piezas favoritas en esta exposición?
El proceso parte de mi inventario de imágenes de bustos clásicos fotografiadas por mí en unos casos o encontradas en internet y libros de Arte de mi biblioteca privada. Los bustos son un homenaje a una personalidad importante para los demás, por sus actos y heroicidades. También son los retratos de la clase dominante, en cualquiera de los casos los bustos son objetos de vanidad.
Deconstruirlos físicamente, planteo la temática del género y acabo con esa vanidad, en algunos casos, no en todos y soy consciente, pero los humanizo o dignifico quitándole o dándole fortalezas. Hay una constante en Bustos que son las mujeres guerreras, me chiflan
Para todo esto me sirvo de técnicas digitales que me dan la posibilidad de crear cosas que parecen haber existido antes.
¿Cuál es tu opinión sobre la representación del género en el arte clásico y cómo esperas desafiar esa representación?
MI impresión es que el arte clásico ha contribuido mucho al binarismo de género salvo en el caso de la fusión de Hermes y Afrodita, conocido como hermafrodita hay pocas veces donde la variedad del género humano se haya visto materializada artísticamente.
¿Cómo crees que tu obra contribuye a la conversación sobre la identidad de género y la sexualidad?
Imagino mi obra como el rescate de una parte de la historia que no se ha contado, que se ha ocultado. Como si nos adentráramos por un vórtice a una realidad paralela donde las identidades de género eran algo secundario.
¿Qué papel juega la vulnerabilidad en tus esculturas y cómo la incorporas?
Creo que cuando una persona muestra su desnudez o sus diferencias se vuelve completamente invulnerable. Eso es lo que hago en esta serie, añadir empoderamiento a la versatilidad del ser humano.
¿Qué desafíos enfrentaste al crear una exposición que cuestiona los binarios de género?
Al principio, influenciado desde hace años por la lectura de la filosofía queer de la que hice varias portadas de títulos muy interesantes mi objetivo era más de un activismo radical, quería · amariconar· la Historia del Arte … pero luego lo poético fue inundándome y empatizando con los personajes que iba creando.
En esta serie llevo más de 8 años trabajando y hasta el momento llevo 161 bustos creados, 161 personajes en busca de autor. Algún día me gustaría crear un libro con una selección de bustos sobre los que escriban e imaginen sus vidas una serie de creadores literarios, me apetece mucho esa experiencia.
¿Cómo ha evolucionado tu enfoque artístico desde tus primeras obras hasta «BUSTOS»?
Soy un artista producto de la infoxicación por lo que, para mí, es natural trabajar varias series a la vez. Pertenezco a una generación de artistas que trabajamos sin soportes inamovibles, cualquier medio nos puede ser útil para la expresión artística. Mi mente funciona fotográficamente y siempre he sido un gran defensor de la técnica del collage que es como un pequeño video clip o cortometraje en papel y creo que el video es lo siguiente.
¿Qué mensaje te gustaría que los espectadores se llevaran después de visitar tu exposición?
Quiero que Bustos, contribuya al respeto y al amor hacia la diferencia, que nos haga más libres y felices. El sujeto moderno no tiene cuerpo.
Sin lugar a dudas, tanto las palabras como la propuesta de Ángel Pantoja no deja a nadie indiferente. Si no queréis perdérosla, podéis visistarla hasta el 30 de agosto en el espacio Santa Clara de Sevilla.