Más de un centenar de personas fueron detenidas durante una redada policial contra una fiesta LGTB en la capital de Bakú, en la Azerbaiyán, uno de los países más hostiles hacia la diversidad sexual y de género.
Los hechos tuvieron lugar durante la noche en el Labyrinth, un club nocturno donde la comunidad LGTB había comenzado a reunirse de forma relativamente habitual. Según testimonios recogidos por organizaciones internacionales de derechos humanos, la policía irrumpió en el local y procedió a detenciones masivas, sin orden judicial conocida.
Las personas arrestadas fueron obligadas a salir a la calle y permanecer durante horas a la intemperie, soportando las bajas temperaturas del invierno caucásico, con grados bajo cero. Además, se les habría negado el acceso al baño y otras necesidades básicas.
De acuerdo con las denuncias, a los familiares de las personas detenidas se les comunicó que estas habían sido arrestadas por “comportamientos inmorales”, una acusación habitual utilizada por las autoridades azerbaiyanas para criminalizar a la comunidad LGTB.
Las organizaciones de derechos humanos alertan de que este episodio no es un hecho aislado, sino parte de una política sistemática de persecución. Azerbaiyán se sitúa desde hace años entre los países con peores indicadores de respeto a los derechos de las personas LGTB, con detenciones arbitrarias, torturas, extorsiones y humillaciones documentadas.
Pese a la represión, activistas y colectivos locales continúan luchando por crear espacios de convivencia y apoyo mutuo, en un contexto de extrema vulnerabilidad y riesgo personal.







