El Museo de Nerja inaugura hoy 20 de noviembre la exposición ‘Una visión de Nerja’, una colección de 46 fotografías del alemán Robert Holder que invita a viajar a la década de los sesenta para descubrir —o redescubrir— la identidad de un pueblo que comenzaba a abrirse al mundo sin perder su esencia mediterránea. La muestra podrá visitarse de manera gratuita hasta el 6 de enero en la Sala Ana María Márquez.
Lo que propone Una visión de Nerja es un ejercicio de memoria visual: escenas cotidianas captadas en blanco y negro que recogen juegos infantiles en las calles, mercados rebosantes de vida, mujeres dedicadas a las tareas domésticas, agricultores y marineros en plena faena, así como fiestas populares y la aparición de los primeros turistas curiosos que recorrían la zona subidos en mulas. Dos fotografías a color, dedicadas al mundo de la pesca, aportan un Matiz distinto dentro de este mosaico nostálgico.
El ojo sensible de un extranjero que supo mirar lo cotidiano
Holder nació en Stuttgart en 1941 y heredó de su padre y su abuelo materno el amor por la fotografía. Aunque no fue profesional, su mirada es la de un observador atento, sensible, casi antropológico. Llegó a Nerja tras recorrer Europa atraído por el Mediterráneo y, por casualidad, terminó instalándose entre Nerja y Frigiliana, donde vivió hasta su fallecimiento en 2022.
Su cámara documentó la vida de una localidad que, sin saberlo, estaba a punto de convertirse en uno de los destinos más singulares de la Costa del Sol. Ese archivo personal —compuesto por negativos de 6×6 y 35 mm conservados con rigor— se convierte ahora en una ventana al pasado y en un retrato emocional de una comunidad en transformación.
Un homenaje necesario a los narradores visuales de la comarca
La exposición, cedida por Pablo Rojo y organizada en colaboración con la Asociación Cultural Taha de Frigiliana, forma parte de la apuesta del Museo de Nerja por recuperar la obra de artistas, fotógrafos y creadores vinculados a la zona. Rojo, abogado, músico e historiador local, ha estudiado en profundidad el legado visual de Holder, a quien dedicó un capítulo en su libro Historia insólita de Nerja.
Con esta muestra, el museo no solo rinde homenaje a un fotógrafo que supo ver belleza en lo cotidiano, sino que contribuye a preservar la memoria de una Nerja que, entre los cambios y las permanencias, continúa inspirando a quienes la miran con sensibilidad.
‘Una visión de Nerja’ nos recuerda que la identidad también se construye a través de quienes la fotografían.
