La Iglesia de Noruega pide perdón a las personas LGTBI+: “Hemos causado dolor y vergüenza”

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Por primera vez, la Iglesia Evangélica Luterana de Noruega reconoce públicamente décadas de discriminación hacia la comunidad LGTBI+ y pide perdón por el daño causado.

El obispo principal y presidente de la Iglesia de Noruega, Olav Fykse Tveit, ofreció este jueves unas palabras históricas: una disculpa formal a las personas LGTBI+ por los años de exclusión y rechazo promovidos desde la institución religiosa.

“La Iglesia de Noruega ha causado vergüenza, gran daño y dolor a las personas homosexuales. Esto no debería haber ocurrido. Por eso hoy digo: ¡Perdón!”, declaró Tveit durante un emotivo discurso en el bar London de Oslo, un espacio emblemático para la comunidad queer y escenario, además, del trágico ataque homófobo de 2022, en el que dos personas murieron y 21 resultaron heridas.

En nombre de la Conferencia Episcopal de Noruega, Tveit reconoció públicamente algunas de las ofensas cometidas por la Iglesia: desde la oposición al matrimonio igualitario hasta la exclusión de trabajadores homosexuales y la asociación del VIH con un supuesto “castigo divino”.

“Durante años, la Iglesia presionó a las personas homosexuales para ocultar o negar quiénes eran. Esto no debería haber sucedido, y por eso pedimos disculpas hoy”, añadió el prelado.


Un cambio que llega tarde, pero llega

El líder religioso reconoció que el perdón llega con retraso:

“Algunos pensarán que es demasiado tarde, otros que es demasiado pronto. Nosotros creemos que es mejor no esperar más.”

Sus palabras marcan un paso importante dentro de una transformación que comenzó hace algunos años. En 2017, la Iglesia de Noruega aprobó el matrimonio religioso entre parejas del mismo sexo, un giro radical si se considera que en la década de 1950 describía la homosexualidad como “un peligro social de dimensiones globales”.

Noruega, uno de los países más avanzados en materia de derechos LGTBI+, fue además la segunda nación del mundo en legalizar las uniones civiles homosexuales (en 1993, tras Dinamarca).

Tras el discurso, Fykse Tveit participó en una misa en la catedral de Oslo, a la que asistieron el príncipe heredero Haakon y la princesa Mette-Marit, símbolos de una monarquía que también ha mostrado apoyo público a la diversidad y la inclusión.


Un eco dentro del cristianismo global

El gesto de la Iglesia noruega sigue los pasos de otras confesiones cristianas que han comenzado a reconocer su papel en la discriminación de las personas LGTBI+. En 2023, la Iglesia Anglicana pidió perdón por su “trato vergonzoso” hacia la comunidad queer, aunque todavía no permite el matrimonio igualitario en su seno.

La Iglesia católica, en cambio, no ha dado un paso similar. Durante el papado de Francisco I se vislumbraron señales de apertura, pero sin cambios doctrinales concretos. Su sucesor, León XIV, mantiene un perfil más conservador y por ahora no contempla abrir la institución a la plena inclusión.


“Gracias” a quienes no se rindieron

El obispo Tveit cerró su discurso con un mensaje de gratitud:

“Una sociedad donde puedes amar a quien quieras y ser quien eres hace de Noruega y del mundo un lugar mejor. Por eso hoy también es oportuno decir: ¡Gracias!”, concluyó.

Este artículo ha sido adaptado a partir de una nota publicada originalmente en diario El País.

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