Yacamán: «La noche me parece el escenario perfecto para darle rienda suelta al espíritu»

Entrevista a Fernando Yacamán, escritor mexicano que acaba de publicar ‘Sebastián de la noche’

Fernando Yacamán vive en Ciudad de México. Su trayectoria como escritor arranca a los veinticuatro años con la publicación de su libro de cuentos ‘Ya quiero despertar’. En esta entrevista, nos muestra su faceta más íntima y personal en todo lo relacionado con la literatura

DiversosPress

Tienes una extensa trayectoria literaria con más de una decena de libros, ¿cómo ha sido tu evolución en todos estos años?

Yo tenía veinticuatro años cuando la editorial FOC, de Barcelona, tomó el riesgo de publicar mi primer libro de cuentos Ya quiero despertar, un riesgo porque ahora pienso que las historias están mal escritas, tienen la entraña de un chico que tenía algo que decir pero que apenas estaba encontrando su voz. Es un libro que tiene veinticuatro historias desbocadas donde lo onírico se fusiona con la realidad. Narrativamente hay una diferencia abismal entre ese libro y el último Sebastián de la noche, ahora percibo una voz sólida, un manejo ágil del lenguaje, mayor complejidad en el perfil de los personajes, y en los temas que siguen siendo los mismos: la muerte, el sexo, lo fantástico, la furia de la noche, las relaciones entre hombres. Ha pasado más de una década en la que he trabajado mis textos con varios escritores, sobre todo está latente la disciplina de este oficio, que es la escritura diaria, para mi quehacer literario también es imprescindible consumir otras artes: la danza, el teatro, el cine, la música, todas las artes me interesan, todas han dejado huella en mi manera de pensar y en mi escritura.

En la mayoría de ellos, das muestra de la literatura mexicana contemporánea en la que sus personajes son encarnados por hombres que aman a otros hombres, ¿por qué lo has centrado en esta temática?

Me gusta una frase de André Breton: “no intentes entender a México desde la razón, tendrás más suerte desde lo absurdo, México es el país más surrealista del mundo”.

La cultura mexicana es diversa, compleja, con un sinfín de cosmovisiones, por eso me gusta esa frase, lo menciono porque el absurdo, lo onírico, lo “mexicano” es latente en mi literatura, por ejemplo, las historias de mi libro El demonio que nos habita se desarrollan en San Miguel de la Costa, los habitantes creen en un dios roto, también en una virgen que tuvo una historia lésbica, “la virgen de los amores prohibidos”, su templo es una cantina que se llama “La Alegría”, que en uno de los relatos el lector conocerá su historia desde su propia voz, en este libro la muerte aparece en las ventanas, el demonio se mete en la verga de los hombres. 

En la mayoría de mis historias los protagonistas son hombres que se relacionan afectiva y sexualmente con otros hombres porque desde niño me atraen, porque creo que historias que abordan estos temas son necesarias donde aún persisten crímenes de odio contra la comunidad LGBTTTIQA. Estoy convencido que cualquier pieza pierde su valor artístico cuando tiene el objetivo de aleccionar, pero también estoy convencido en que tenemos que hacernos visibles en las artes, en las marchas, en todos los rincones donde la heteronorma violenta, donde persiste limitando el pensamiento y la libertad. 

Cada una de estas historias homoeróticas, ¿qué te han aportado como autor?

Antes de iniciar a escribir tengo una posible estructura de la historia, un perfil de los personajes, “todas las historias se me salen del huacal”. Es decir, lo que tenía previsto para un personaje, al final no sucede, durante el proceso de escritura tomo decisiones no previstas que creo más convenientes para la verosimilitud de la historia, o porque me parece más interesante explorar otras escenas. La experimentación literaria es esencial en mi narrativa, escribo varias escenas posibles para la misma historia, implica trabajo, tiempo invertido, lo veo como un viaje que tenías planeado, pero en el momento de estar ahí, decides tomar otros riesgos, más vertiginosos, y a veces no resultan, por ejemplo, mi última novela tiene dos versiones anteriores, una la titule “Combustión espontánea” y la otra “La noche despierta”, fue un trabajo de más de diez años, dos novelas escritas de principio a fin que no pienso publicar pero sin ellas no hubiera llegado a Sebastián de la noche, cuando era más joven me frustraba porque creía haber perdido el tiempo para no llegar a ninguna propuesta, ahora lo veo como parte de un proceso.

Muchos de tus personajes se mezclan y se amparan en la noche para mostrar historias llenas de poesía, homoerotismo, oscuridad y misterio, ¿crees que las vivencias que cuentas a través de tus libros ayudan a salir a la luz a personas del colectivo?por ser diferentes?

La noche es latente en mis historias, es evidente desde alguno de los títulos de mis libros, “El cuerpo de la noche”, “Sebastián de la noche”. Las historias en el día me parecen ordinarias, la noche me parece el escenario perfecto para darle rienda suelta al espíritu. Me interesa la astronomía, y encuentro similitudes con lo que ocurre en el cosmos y mi sexualidad, las referencias al universo son una constante en mi obra. Los sueños han sido un material muy valioso para mis escritos, hay sueños que me ha han parecido más reveladores que la realidad. 

No creo que mis libros ayuden a nadie, porque no los he escrito con ese fin. Me gusta la idea de embarcar al lector en un “viaje” en el que pueda disfrutar el recorrido, o no, y que al final “provoque algo”. Hace poco un lector me dijo que odió a los personajes de mi novela “Todos mis padres”, a Luis el protagonista y a su amiga por alcohólicos, a la madre por homofóbica, a Centauro por cabrón, al padre porque era ridículo que fuera el personaje más simpático dentro de su repugnante machismo, y su respuesta me sorprendió, nunca lo había visto así, y de alguna manera tiene razón. La mayoría de los lectores me han dicho que simpatizaban con Luis, otros no, porque él también era un cabrón que narra la historia a su conveniencia. En los comentarios de los lectores percibo aspectos que yo ignoraba.

Mi literatura no la escribí para ayudar a nadie, aunque algunos heterosexuales me han confesado que varias partes de mis historias los han erotizado, y que según antes no les había sucedido. Yo creo que los hombres heterosexuales tienden a ser más cerrados, por ejemplo, pienso que alguien del colectivo está más abierto, y puede erotizarse con una escena heterosexual, pero tristemente la heteronorma está plagada de tabús, de miedos, y creencias absurdas.

Tu obra ‘Todos mis padres’ se publicó en España, ¿qué de autobiográfico tiene este libro? ¿Qué quisiste contar en torno a la figura de un padre?

La novela está basada en mi vida personal, pero la ficcioné.  Escribo desde mi experiencia porque así tengo seguridad sobre los temas que expongo. Sé que hay muchos lectores que pueden identificarse con el tema del “padre ausente”. El padre que está en la casa, pero su atención no. El padre que “va por cigarros” y jamás regresa. El padre homofóbico que violenta no solo verbalmente, sino desde el silencio. El padre que aparece un par de veces en la vida solo para dejar a su hijo “regalos envenenados” ese es el caso del protagonista de esta historia, su padre aparece contadas veces solo más para marcarlo con violencia. 

Mi manera de ver esta novela ha cambiado con el paso del tiempo, en un principio la escribí para exponer el tema del padre ausente, después la vi coma una amenaza, ya que mi padre bilógico al enterarse del libro me amenazó con encontrarme para “romperme la madre”, ahora me gusta verla como un manifiesto en contra de esos hombres que jamás debieron ser padres por machistas, enajenados, estúpidos. Todos mis padres es la respuesta a esos cabrones que riegan hijos en el mundo, y dejan toda la responsabilidad de un embarazo, o de una vida a una mujer.  

El título de la novela es absurdo, “todos mis padres” padre solo hay uno, pero hace referencia a esos hombres con los que el protagonista se involucra sentimental y sexualmente, la mayoría cincuentones o de la tercera edad, desde niño siente atracción por ellos, me interesa exponer este tema, porque nuestra sociedad está plagada de tabús en cuanto a la sexualidad que un niño puede experimentar. 

Hay una frase de David Wojnarowicz que dice algo así como: “Yo en Peter tenía un amigo, un hermano, un padre”, se refería a su expareja Peter Hujar que le llevaba casi veinte años de diferencia, me parece bellísimo, es algo que yo siento por Ignacio, mi compañero cósmico con el que estoy desde hace más de quince años, creo que las relaciones tienen un sinfín de maneras de explorar el amor, y que como siempre, la heteronorma dicta o ha dictado por siglos “como deben ser las relaciones” tan cuadradas, y aburridas. 

Tu último libro publicado es ‘Sebastián de la noche’, ¿cuéntanos que has intentado reflejar?

Sebastián de la noche es una novela que sucede en Aguascalientes, una provincia mexicana, en la que yo viví por más de diez años. En ese tiempo busqué una historia “gay” que sucediera en mi querido estado, pero no la encontré. Me interesa escribir historias entre hombres que sucedan en las tierras que amo, lejos de los estereotipos donde suceden los bestseller, las historias de Netflix que se desarrollan en: Nueva York, San Francisco, Londres, además en la mayoría de esas historias exponen personajes privilegiados, blancos, con cierta posición social y económica, dentro de la diversidad existe la diversidad, pero considero que son pocos los creadores que apuestan por desarrollar sus tramas fuera de las grandes urbes, porque comercialmente se ha creado un mercado con esas historias, se puede hablar de temas universales desde los pueblos, desde las periferias. 

Sebastián de la noche apuesta por la literatura fantástica, percibo que en lo últimos años ha ganado fuerza en el mercado editorial, en el reconocimiento de escritores que lo trabajan con maestría, pero creo que el realismo sigue siendo más valorado. 

Sebastián de la noche es la historia de un hombre que se enamora de Abel, no es un fantasma, no es una epifanía, lo más cercano que puedo definirlo es a un “ente” se trata de un ser corpóreo, pero que también lleva a vivir al protagonista por momentos “oníricos” hasta las últimas consecuencias. 

El título del libro hace referencia a San Sebastián, que a lo largo de los años ha sido pintado por grandes artistas de la historia, algunos lo retrataron de manera erótica, San Sebastián siempre joven, con flechas que abren su piel, que lo condenan, pero también lo iluminan, en la novela hay un vínculo con la historia del santo.

Futuros proyectos que se puedan contar?

Actualmente vivo en el Centro Histórico de la Ciudad de México, estoy escribiendo cuentos que se desarrollan ahí, que abarcan desde la época de la Nueva España hasta la actualidad. El centro es un lugar vibrante. Yo abro el balcón de mi departamento y veo al mariachi que camina rumbo a la plaza Garibaldi, grupos de turistas, borrachos, manifestantes, grupos de travestis, parejas peleando, un día la circulación de los automóviles cambia, otro día está en completo silencio porque cerraron la calle, es impredecible, siempre me sorprende. Este libros está estructurado a partir del estudio de la historia del centro, de recorrer sus calles a diario, es una experiencia surrealista habitar este espacio, cualquiera que haya vivido aquí sabrá a lo que me refiero, y quiero que el lector, cuando tenga este libro en sus manos, se sumerja en esta experiencia, que recorra su caos, su furia y su belleza, todas las historias tienen elementos fantástico, la mayoría de las historias son de hombres que se enamoran de otros hombres, y por supuesto, de la noche.

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