La organización Human Rights Watch (HRW) expresó su enérgica condena este martes tras la decisión del Tribunal Supremo de Ghana de ratificar un controvertido proyecto de ley anti-LGTBI, el cual se encuentra en discusión en el país africano. La decisión del tribunal respondió a una demanda que buscaba la anulación de la ley, calificada por HRW como «de época colonial».
“La ratificación por parte del Tribunal Supremo de Ghana del legado colonial británico de penalizar las denominadas ‘relaciones contra natura’ es lamentable”, afirmó Rasha Younes, directora de derechos LGTBI de HRW, en un comunicado emitido este martes.
La sentencia, dictada la semana pasada, desestimó el caso presentado por el profesor de Derecho de la Universidad de Ghana, Prince Obiri-Korang, quien argumentó que la ley violaba los derechos constitucionales a la intimidad y a las libertades personales. “Derechos que toda persona tiene también en virtud del derecho internacional, e independientemente de su orientación sexual”, señaló Younes.
El alto tribunal decidió mantener el texto del proyecto de ley, el cual ahora espera la firma definitiva del presidente ghanés, Nana Akufo-Addo. «El Tribunal Supremo de Ghana ha perdido la oportunidad de librar al país de su legado extranjero de atroces leyes de la época colonial», lamentó Younes.
El actual Código Penal ghanés, heredado de la época colonial, criminaliza el “conocimiento carnal antinatural”. La nueva ley endurecería estas penas, imponiendo hasta diez años de cárcel para cualquier persona involucrada en campañas de activismo pro-LGTBI dirigidas a niños, una descripción vaga que podría abarcar incluso la educación sexual en colegios. Además, establece penas de hasta tres años de cárcel para quienes se identifiquen como miembros de la comunidad LGTBI y de hasta cinco años para aquellos que formen o financien grupos LGTBI. La norma también alienta a los ciudadanos a denunciar las prácticas homosexuales de sus vecinos.
Este proyecto de ley ha sido condenado por la ONU y países como Estados Unidos, y se enmarca en una creciente ola de discursos y legislaciones anti-LGTBI en África. En el continente, más de treinta países criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo.
En Ghana, la violencia contra las personas LGTBI es frecuente y su persecución ha aumentado en los últimos años. No obstante, figuras destacadas del país han manifestado su oposición a la norma, entre ellas el cardenal católico Peter Turkson y la exdiputada Samia Nkrumah, expresidenta del Partido de la Convención Popular (CPP).
La comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos continúan vigilantes y presionando para que Ghana reconsidere esta legislación, que muchos consideran un grave retroceso en la lucha por los derechos humanos en el país.