«Cuando se insulta a un profesor en el muro del patio apelando a una supuesta orientación sexual no normativa, se alienta el odio y se alimenta el miedo en la comunidad educativa«
CCOO/PRESS. La comunidad educativa ha de combatir los mensajes de odio, odio a lo diferente, a lo desconocido, a lo percibido como amenaza. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) internacionales, las recomendaciones europeas, la normativa educativa y los desarrollos comunitarios así lo mandatan. Los son escasos o nulos. En medio, siempre, el profesorado y la dirección con mucha profesionalidad, ganas, vocación y persistencia.
Las redes sociales son un binomio de comunicación interactiva explosiva para el alumnado (niños y niñas, adolescentes y jóvenes). Nada existe ni “es” si no se traduce virtualmente. Es el medio dominante. En el espacio natural de aulas, pasillos, patios y zonas comunes normativizadas donde el control de las interacciones sociales y la vigilia sobre las actitudes grupales son cierta presunción de orden, está sucediendo a la vez, cual mundos convergentes, toda una realidad ajena a normas convencionales y a supervisión coercitiva.
Como profesorado, el papel de autoridad, demasiado cuestionada a veces hasta denostada y escasamente reglamentada, no ayuda en el desempeño necesario del rol. La soledad de las docentes y los docentes, víctimas de agresiones o garantes del orden en las instalaciones escolares, ha de hacer repensar pues se está fallando como sistema de protección.
Cuando se insulta a un profesor o a una profesora desde el muro del patio apelando a un supuesta orientación sexual no normativa, se alienta a una educación segregada por sexo, se cuestiona la idoneidad para educar por tener familia monoparental, se apela a la “libertad” para exigir prioridades en la elección de centro escolar (distrito único) no solo se está obviando la inmensa riqueza de esta sociedad plural, se está incumpliendo también la normativa educativa, se está fomentando que el sesgo de las diferencias sean criterios de exclusividades que llevan al rechazo de lo desconocido y a la socialización buscada solo entre iguales.
Hay unos indicios claros del germen, y alguna pista a aportar: conocer para no temer.
El profesorado no está libre de sesgos y de incertidumbres, que derivan de una formación insuficiente y escasa. Es fundamental reclamar la formación adecuada para el profesorado y la implementación de proyectos docentes en igualdad y de planes de diversidad en los centros que engloben a toda la comunidad educativa.
La importancia de referentes lgbtiq+, que son un apoyo determinante para el colectivo, la relevancia cuando se trata de profesorado lgtbiq+ es exponencial, al igual que la exposición pública. Las heroínas 24/7, sucumben. Hay que poner en valor el intenso papel que desempeñan y el apoyo que necesitan. CCOO, atento a las necesidades de las personas trabajadoras, da soporte también en esta labor al profesorado, aportando propuestas para la docencia, para la formación continua, para las intervenciones en aula, para la orientación y para la gestión de conflictos.
Siendo plenamente conscientes del papel clave que desempeña el profesorado en la educación, es necesario su reconocimiento social de autoridad y de protección jurídica, en todos los órdenes: laboral, civil y penal. Además, cuando se pelea por las condiciones laborales dignas para la docencia, unos medios adecuados, el derecho a la protección de la salud laboral (incluida la mental) y al derecho a la formación continua y adecuada se invierte en alentar al conocimiento de la comunidad educativa, en fomentar la transmisión de valores de equidad, inclusión, solidaridad en la enseñanza de actitudes frente a los desafíos e incertidumbres. Se invertirá, en definitiva, en un progreso social basado en el conocimiento con y hacia las personas.
Isa Descals (@IsaDescals) docente y del Espai LGTBIQ+ de la Federació d’Educació de CCOO del País Valencià (@feccoopv).