La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía acogió la presentación de ‘El bebedor de cerveza’, la obra en la que Chema Caballero comparte tres décadas de vivencias en África
El pasado 25 de octubre, Sevilla se convirtió en punto de encuentro para la literatura africana con la presentación de El bebedor de cerveza, la nueva obra de Chema Caballero. El acto, organizado por el Centro de Estudios Africanos (CEAF) y dado lugar en la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, contó con la participación de Ángeles Lucas, periodista de El País, y Susana Moreno, profesora de la Universidad de Sevilla.
Chema Caballero se definió con ironía y humildad como «no periodista, sino escribidor«. Sin embargo, la trayectoria detrás de esa sencilla palabra habla por sí sola. Nacido en Castuera (Badajoz) en 1961, Chema Caballero es escritor y licenciado en Derecho, con un máster en Derechos Humanos y Resolución de Conflictos por la Long Island University de Nueva York. En 1992 llegó a Sierra Leona, donde trabajó durante dos décadas dirigiendo programas pioneros en derechos humanos, rehabilitación y reinserción de menores soldados, un modelo replicado más tarde en otros países africanos. Ha sido perito para el Tribunal Especial para Sierra Leona y hoy coordina la ONG DYES, además de colaborar en Mundo Negro.

Un libro que nace en Benín
Su última obra El bebedor de cerveza, publicada este año en la colección Los Libros del Baobab de la editorial Las Malas Compañías, surge durante su confinamiento en Benín por el COVID. Desde esa pausa forzada, Caballero decide escribir sobre el África real que ha vivido durante treinta años y que, actualmente, define como un «país urbano, joven y femenino».
El título rinde homenaje al clásico El bebedor de vino de palma de Amos Tutuola, pero, como explicó el autor, la estructura nace de lo que va surgiendo, como si fueran cuentos iniciáticos que encadenan experiencias, reflexiones y encuentros que le llevaron a un desarrollo personal y al autoconocimiento.
La obra transita entre las memorias, la crítica y la admiración, saltando por las etapas de su vida y haciendo partícipe al lector de sus descubrimientos. Susana Moreno destacó la honestidad cruda y luminosa del texto: “Sus escritos son descripciones sin floritura. Claro y profundo. Sabiendo lo que está diciendo, lo cual es enormemente de agradecer”.
África desde dentro
Caballero recuerda su llegada al continente convencido de que iba preparado, hasta descubrir que no entendía ni el idioma. Hablaba inglés, pero no de la forma de Sierra Leona. Ahí fue cuando se dió cuenta que aprender a escuchar, a deconstruirse, fue imprescindible: “No son ellos los que tienen que adaptarse a mí, sino yo a ellos”. El escritor no podía adoptar la posición del hombre blanco privilegiado que lo sabe todo, sino aprender de las personas presentes allí al estar en un lugar nuevo.
Para él, Namibia es la única casilla pendiente del mapa africano. Y aunque reconoce que aún carga la mochila de sus prejuicios occidentales, ha aprendido a identificar y desmantelar estereotipos:
Es importante que se sepa que a África no se va a salvar a nadie. Si vas, vas porque quieres ir. Somos nosotros quienes impedimos que África salga adelante.
En este contexto, Chema Caballero aclara que debemos «desnudarnos de los prejuicios» y borrar la imagen de turista que tenemos del pueblo africano por las películas que «únicamente muestran taparrabos». Caballero apuesta por desmontar el refrán blanco bueno, negro pobre.

Un continente vivo, cambiante y sonoro
El autor señala que África hoy es femenina. Las mujeres sostienen la economía popular, organizan cooperativas, crían, cultivan y sacan adelante comunidades enteras: «Las mujeres son la columna vertebral del continente», explica Caballero. Ángeles Lucas subrayó esta perspectiva y el valor que otorga el activista al papel político y social de las mujeres.
El cambio climático es otro tema que vincula la obra. «Uno de los problemas que más afecta a África es el cambio climático, pero en los medios únicamente se enseñan los temas de guerra», recuerda la profesora Moreno. Moreno, junto con Caballero, apuntó cómo está transformando profundamente la realidad africana, donde sus efectos se sienten con intensidad debido a la dependencia directa de la población de los recursos naturales y la agricultura. Sequías prolongadas, lluvias irregulares e inundaciones repentinas dificultan la planificación de cultivos y amenazan la seguridad alimentaria. Esta inestabilidad climática no solo afecta a la economía y al acceso a recursos básicos, sino que también incrementa la desigualdad, especialmente entre mujeres y jóvenes, quienes asumen gran parte de las tareas de cuidado y producción, como aclaran los ponentes.
La música y la literatura ocupan un lugar central de la riqueza que aporta al mundo África desde la rumba congolesa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hasta fenómenos virales como la canción Jerusalema. El libro muestra cómo los ritmos africanos laten hoy en discotecas de todo el mundo, a veces sin que lo sepamos, y no los rechazamos. Incluso, los y las africanas mismas se dedican a lanzar mensajes como en el caso de los pescadores que cuenta Chema en el que estos hacían videoclips para concienciar sobre la importancia de las áreas marítimas.

Y sí, también hay espacio para la cerveza. Caballero, apasionado por ella, recorre etiquetas locales país por país, demostrando cómo este consumo, heredado de la presencia colonial, se ha convertido en un elemento cultural que añade humanidad y cercanía al relato.
Sus historias no quedarán únicamente en las conversaciones de amigos con una cerveza de las que Chema Caballero habla. Ahora, sus anécdotas servirán al público hispanohablante voces y miradas africanas necesarias para comprender un mundo interconectado y diverso.







