Superstars : la estética como identidad en la era del yo

Un homenaje pop a la autenticidad sin filtros, donde Warhol, la cultura queer y las redes sociales se dan la mano en más de cien retratos Polaroid.

Kenai Alkazar es fotógrafo, artista drag y coleccionista de cultura pop. Influenciado por Andy Warhol y la estética kitsch, ha dedicado casi una década a retratar la disidencia y la autenticidad a través de su proyecto Superstars, un ensayo visual que reivindica a los referentes como pilares culturales. Con una Polaroid en mano, Kenai ha capturado a más de un centenar de rostros icónicos, explorando cómo la estética moldea identidades y rompe moldes.

Una entrevista de Álvaro Gallardo/Málaga

Te defines como discípulo de Andy Warhol, ¿Concretamente qué aspectos de su trabajo y filosofía han influido más en este proyecto?

Su capacidad de mezclarlo todo y de moverse en mundos que aparentemente son antagónicos. En la factory de Andy Warhol había cabida para todo el mundo, desde la señora millonaria hasta la travesti más mamarracha. Creo que la ausencia de prejuicios y huir de los dogmas son la base de la filosofía warholiana y este proyecto tiene mucho de eso.

¿Crees que hoy en día, con las redes sociales, la estética tiene más peso que nunca en la identidad de las personas?

No creo que la estética tenga más peso como tal… Considero que la estética siempre ha sido una herramienta de expresión muy poderosa y que se ha utilizado para trabajar la individualidad desde que vivíamos en cuevas donde ya nos adornamos con huesos o pieles.

Creo que lo que sí ha cambiado es la forma en la que se consume la estética y el valor identitario de esta. La frenética sociedad de consumo y el fast fashion ha generado un ritmo de consumo y evolución estética que cambia cada dos meses. Hace 25 años la pija era pija y el punk era punk pero hoy en día ese valor identitario se ha perdido en la mayoría de las personas. Si te dejas llevar por las tendencias un mes eres pija, otro trapera, otro punky, luego hippie, y terminas el año siendo una rockera glam…

Hablas de la estética como herramienta de autoconstrucción, ¿Crees que hoy en día, con las redes sociales y la sobreexposición, la estética tiene más peso que nunca en la identidad de las personas?

Es cierto que existe una presión por esa sobreexposición como también es cierto que es elegida y autoimpuesta porque nadie te obliga a tener redes sociales. La sociedad de consumo está reinventándose hasta el punto en que nos está llevando a convertirnos en productos. Construimos nuestra imagen, cuidamos la estética de nuestras redes, nos anunciamos, nos vendemos, estamos al tanto de quien nos mira, quien no, quien nos sigue, quien nos comenta… ¡Warhol estaría encantado!

¿Cómo seleccionaste a las figuras que aparecen en el libro?

Todas las personas que aparecen en el libro encajan dentro de lo que para mí es ser una superestrella. Son personas auténticas, dueñas de su vida, con una imagen reconocible y con la capacidad de construirse a sí mismas. Para mí el concepto de superestrella va más allá de la fama y el reconocimiento. Una superstar puede ser una cantante mundialmente conocida como la cajera de un supermercado.

En la introducción con Mario Vaquerizo tratas sobre el tema de la alta y baja cultura ¿Dónde crees que está la línea entre ambas culturas o convergen entre sí?

Creo que este es un tema tan interesante como tremendamente personal ya que no es más que un asunto basado en una cuestión de referentes. ¿Qué es la alta cultura? ¿Ir al museo del prado a hacerse la interesante? Pues me interesa mucho más la estética de un McDonalds o los neones de un puticlub de carretera. Creo que todo es compatible y maravilloso al mismo tiempo. La cultura es cultura y considero que no hay una cultura de primera y otra de segunda. Tan solo hay personas sin criterio que consideran que algo es mejor solo cuando está respaldado por una institución. El arte debe permanecer al margen de todo.

¿Qué mensajes esperas que se lleve el lector tras leer Superstars?

Quiero que el lector disfrute las más de ciento cincuenta instantáneas en formato Polaroid de las más de cien superstars que forman el proyecto, que descubra un poco más a algunas de ellas en el apartado de entrevistas y que leyendo el epílogo final se haga preguntas, genere un debate en su cabeza o descubra nuevos referentes. Que cada uno disfrute de la experiencia a su manera y llegue a sus propias conclusiones, ese es el verdadero mensaje.

El proyecto ha tomado varios años en completarse, en ese transcurso de tiempo ¿ Ha cambiado tu visión de la cultura pop y la estética en estos años?

En absoluto, es más, todo lo contrario. Este proyecto ha resultado ser el mayor acto de reafirmación que he experimentado jamás. En mi caso la cultura pop me salvó la vida cuando tenía catorce años y lo sigue haciendo a día de hoy. Lo único que me interesa y me conecta con el mundo es la cultura pop, y no hay pop sin estética, porque la estética es la cosa más pop del universo. ¡Viva el pop!

¿Hubo alguna historia o entrevista que te impactó especialmente? ¿Algún testimonio que te hizo replantearte algo?

Hay entrevistas más emotivas, otras más reflexivas y otras más divertidas, pero todas acaban resultando fascinantes porque, de alguna manera, te ayudan a analizar la realidad desde puntos de vista que quizás nunca te habías planteado. Ha sido increíble poder entrevistar a algunos de los grandes mitos de nuestro país como Alaska, Samanta Hudson, o Manuela Trasobares e incluso ser una de las últimas personas en entrevistar a ¡Carmen de Mairena!

Kenai Alkaraz. Foto: Asier Mendinueta.
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