Una protesta LGTBI nocturna toma Russafa en respuesta a los ataques a varias personas trans

La madrugada del 5 de agosto en Valencia se vio marcada por dos violentos ataques transfóbicos que dejaron a dos jóvenes gravemente heridas, lo que ha generado una ola de indignación y protestas lideradas por el colectivo LGTBI. Mientras la Policía Nacional investiga, la comunidad exige justicia y el fin de la violencia sistémica.

En la madrugada del pasado 5 de agosto, Ángela Manselgas, de 21 años, fue brutalmente atacada mientras esperaba en la puerta de un local en el barrio de Russafa. A las 2:30 de la madrugada, tres hombres la agredieron violentamente, propinándole golpes en la cabeza y en la cara al grito de «maricón de mierda» y «travesti». Ángela quedó inconsciente en la calle Pedreguer tras recibir una lluvia de patadas y puñetazos que la dejaron malherida en el suelo.

Apenas una hora después, en la Avenida del Regne de Valencia, María Lloret, acompañada de un grupo de amigas trans, fue víctima de otro ataque. Un hombre, aparentemente borracho, se acercó a ellas hablando en inglés y, tras proferir insultos transfóbicos, golpeó a María en la cara. Según testigos, el agresor declaró que «no tenían que existir» antes de huir del lugar acompañado por otros dos hombres que estaban ocultos en unos matorrales cercanos.

Aunque en un primer momento se pensó que los ataques podrían haber sido perpetrados por los mismos agresores, la Policía Nacional ha descartado esta hipótesis tras las primeras investigaciones. No obstante, ambos incidentes han causado una profunda preocupación y han movilizado al colectivo LGTBI, especialmente a Orgull Crític València, que convocó una manifestación nocturna en repudio de estos crímenes de odio.

La protesta, que partió a las 22 horas desde la plaça de Manuel Granero, fue una expresión del hartazgo y la indignación de la comunidad. «No aguantamos más, nuestros cuerpos no son una bolsa de basura ni un saco de boxeo», declararon los organizadores en un comunicado difundido en redes sociales. En el mismo texto, se advirtió: «Si hay que gritar, ¡gritaremos! ¡Si hay que meterles miedo, lo haremos! Entre nosatres y con nosotras, no hay agresión sin respuesta».

Estos incidentes han reavivado el debate sobre la creciente violencia hacia las personas LGTBI en València. Según el Ayuntamiento, el 20% de las atenciones realizadas por la Oficina de No Discriminación este año han sido motivadas por casos de LGTBIfobia. La Oficina, ubicada en el carrer de Dalt, ha atendido a 369 personas en lo que va de 2024, y más de un centenar de estos casos han requerido un seguimiento individualizado.

Con las investigaciones en curso y la comunidad LGTBI movilizada, València se enfrenta a un momento de reflexión sobre la urgencia de combatir el odio y garantizar la seguridad y dignidad de todas las personas, independientemente de su identidad de género o sexual.

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