Las organizaciones CESIDA, SEISIDA y Apoyo Positivo han hecho público un comunicado conjunto en el que reconocen y agradecen a Eduardo Casanova haber compartido abiertamente que vive con VIH. Un gesto que, según las entidades, devuelve esta realidad al centro del debate social y mediático, algo imprescindible para combatir la desinformación, el estigma y la discriminación que siguen afectando a unas 150.000 personas en España y a cerca de 40 millones en todo el mundo.
Desde las tres organizaciones recuerdan que la conversación pública sobre el VIH no puede limitarse a cifras o a momentos puntuales como el Día Mundial del Sida. “El VIH impacta directamente en la calidad de vida de las personas y debe traducirse en un compromiso colectivo con la dignidad, la igualdad de trato y una comunicación pública rigurosa que proteja la salud y los derechos”, subrayan.
En este sentido, destacan que, con diagnóstico y tratamiento, el VIH es hoy una infección crónica que permite llevar una vida plena. Además, la evidencia científica es clara: una persona con VIH en tratamiento eficaz y con carga viral indetectable no transmite el virus por vía sexual (Indetectable = Intransmisible).
Las entidades lanzan también un mensaje contundente sobre la visibilidad: compartir o no el estado serológico es siempre una decisión personal. Aunque la exposición pública puede abrir conversaciones necesarias, nadie debe sentirse obligado a hacerlo. “La responsabilidad de acabar con el estigma no recae en las personas con VIH, sino en una sociedad y unas instituciones que aún permiten que circulen prejuicios, estereotipos y señalamientos”, recalcan.
Asimismo, CESIDA, SEISIDA y Apoyo Positivo condenan de forma rotunda cualquier manifestación de homofobia y serofobia que pueda surgir o intensificarse a raíz de esta mayor visibilidad. “No son opiniones: son formas de violencia y discriminación que dañan tanto a la persona afectada como al conjunto de la comunidad”, advierten.
Por ello, las tres organizaciones ponen a disposición de Eduardo Casanova —y de cualquier persona con VIH o afectada por serofobia u otras discriminaciones— apoyo integral y orientación, incluida asesoría legal para valorar y frenar situaciones de acoso, discursos de odio o vulneración de derechos.
“Que se hable de VIH en el debate público es una oportunidad: para informar con rigor, desmontar mitos y recordar que la discriminación sigue siendo una realidad diaria. Convertir esa conversación en derechos y protección es el objetivo”, concluyen las entidades.







