La asociación andaluza Adriano Antinoo, presidida por Pablo Morterero, ha solicitado formalmente a la Consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, que el bullying LGTBIfóbico en las aulas sea incluido como punto específico en el orden del día del próximo Pleno ordinario del Consejo Andaluz LGTBI, previsto antes de finalizar el año, conforme al Decreto 9/2020, de 30 de enero, que regula su funcionamiento.
La entidad considera urgente abordar esta cuestión tras el reciente suicidio de una alumna sevillana de un centro concertado católico, un hecho que ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de reforzar las políticas de prevención y actuación frente al acoso escolar por motivos de orientación sexual, identidad o expresión de género.
Desde Adriano Antinoo se denuncia la falta de compromiso e implicación de los equipos directivos de muchos centros escolares, especialmente en los concertados y privados, así como la escasa iniciativa de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, dirigida por María del Carmen Castillo, para garantizar la correcta aplicación de los protocolos establecidos contra el acoso escolar.
Con el objetivo de sustentar el debate, la asociación ha solicitado que la Consejera remita a las entidades del Consejo Andaluz LGTBI diversa documentación, entre la que se incluyen:
- Número de expedientes abiertos desde el curso 2021/2022 por aplicación de los protocolos antiacoso en centros públicos, concertados y privados.
- Sanciones impuestas derivadas de dichos expedientes.
- Informes y estudios elaborados por la Junta de Andalucía desde 2021 sobre bullying en general y LGTBIfóbico en particular.
- Denuncias interpuestas ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Fiscalía o Tribunales relacionadas con casos de acoso escolar, con desglose por provincia y centro educativo.
La asociación coincide con las declaraciones del experto Pablo Duchement, quien señala que “acoso hay en todos los centros; no depende del colegio o instituto, depende de la naturaleza humana. Gestionarlo no es reconocer que hay acoso escolar; es actuar bien”. Sin embargo, Duchement advierte que “existe una mentalidad por la que si un colegio atiende un caso de acoso escolar, está reconociendo que en su centro hay acoso, y eso se percibe como negativo para su imagen o negocio”.
Por ello, Morterero insiste en que “es preocupante la falta de compromiso de los equipos directivos, especialmente en la enseñanza concertada y privada, junto con la falta de impulso político en materia educativa para hacer frente a este problema”.
Finalmente, la asociación recomienda a las familias que, a la hora de elegir centro educativo, valoren positivamente aquellos que registran y gestionan casos de acoso en cumplimiento de los protocolos oficiales, frente a aquellos que no reportan ninguno, ya que “un centro que aplica los protocolos demuestra responsabilidad y compromiso con la convivencia y la seguridad del alumnado”.
